Emma, igual no te van a querer
“Emma Rafowicz es una mujer francesa de izquierda. Presidenta de las Juventudes Socialistas y candidata a las elecciones europeas en la lista de Raphaël Glucksmann, así es como se define. Pero para otros, Emma Rafowicz, nieta de polacos víctimas de los pogromos, es ante todo judía. ¿Qué importa si, a pesar de haber militado en [la agrupación estudiantil] Unión de Estudiantes Judíos de Francia, no hace de ello parte de su identidad política?”. Así empieza la entrevista que el diario de izquierda Libération que le dedica a esta militante bajo el título: “La presidenta de las Juventudes Socialistas es víctima del antisemitismo: ‘Los que me atacan no merecen llamarse de izquierdas’".
Emma Rafowicz tiene un problema, como la mayoría de los estudiantes judíos ha visto progresar el odio contra los judíos en el medio universitario, en particular desde el 7 de octubre cuando Hamás lanzó su pogrom contra civiles israelíes. En su caso tiene dos problemas suplementarios, es de izquierda en momentos en que los estudiantes judíos temen más “los actos de violencia de la extrema izquierda” (83%) que los de la extrema derecha 63%) y, por si le faltaba algo, su tío es Olivier Rafowicz, portavoz del ejército israelí. Ella aclara que no comparte “ni las mismas convicciones ni el mismo país”. No importa.
"Hitler tenía razón"
Emma Rafowicz ha acudido a la plataforma Pharos, autoridad francesa que permite señalar contenidos ilegales en línea, para denunciar la campaña de acoso que padece desde hace semanas. Aunque Emma sigue todas las consignas del Partido Socialista y pide un alto el fuego en Gaza, liberación de los rehenes -algo muy consensual para los principales partidos- es el blanco de una campaña de acoso extremadamente violenta. Algunos de los mensajes: “Preferiríamos que tu madre abortara para que se extinguiera tu estirpe de asesinos"; “Creo que te equivocaste de elecciones. ¡¡¡¡Tenés que hacer tu aliá y unirte al Likud [partido de Netanyahu]"; "Israel no está en la UE, volvé a tu 'país'"; "son como las cucarachas, no las ves venir"; "Están por todas partes!!!! Hay que erradicar estas chinches"; "Hitler tenía razón"; "sucia raza de moishes".
Emma Rafowicz también recibe mensajes dirigidos al dirigente del Partido Socialista, Raphaël Glucksmann, quien encabeza la lista del PS e hijo de André Glucksmann, huérfano de la Shoah: "Glucksmann, Rafowicz... son de la misma semilla", le escriben.
Libération, que vio los tuits, TikToks y las amenazas, indica que estos mensajes van muchas veces acompañados por los triangulitos rojos y banderitas palestinas en sus biografías.
Emma Rafowicz explica que ante esta situación, en el partido le dijeron que atacara más a Netanyahu, “como si se tratara de compensar”.
Emma Rafowicz dice en la entrevista: “He decidido hablar porque quiero decir que no tengo miedo, que los que me atacan no merecen llamarse de izquierdas”. El problema, Emma Rafowicz, es que la izquierda no es lo que debería, sino lo que es. Y hoy, el universalismo que defendía la izquierda, ha sido derrotado por el esencialismo de la izquierda radical, que abrazada a las identity politics juzga a las personas por su árbol genealógico, sexualidad y color de piel. La izquierda hegemónica es la que llama al peor pogrom desde la Segunda Guerra Mundial, con violaciones y secuestros de bebés, un acto de resistencia (Judith Butler) o asegura que Israel hace un Auschwitz en Gaza (El presidente de Colombia, Gustavo Petro). En cuanto a la izquierda francesa, lo tiene claro, no sólo se ha negado a llamar “terrorista” a Hamás, La Francia Insumisa lleva a las elecciones europeas como candidata a Rima Hassan, una francesa de origen sirio que se dice palestina y afirma cosas como “Los sucesos del 7 de octubre no deben verse únicamente en términos de terrorismo" o responde "verdadero" cuando le preguntan si considera que "Hamás lleva a cabo una acción legítima" con un pañuelo palestino atado al cuello
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Emma Rafowicz, no importa lo que digas, igual no te van a querer. Los que tienen el triangulito rojo y la bandera palestina en sus perfiles no te juzgan por tus convicciones, sino por tu apellido, porque naciste judía, más allá de tus ideas o convicciones religiosas. No importa si fuiste la más patriota, si te considerás tal o cual cosa. Te van a animalizar, extranjerizar, acusarte de doble lealtad. Nada nuevo bajo el sol. Y sabemos cómo termina
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